Es para mí un gran honor escribir unas palabras dirigidas a la memoria de D. Enrique García-Villalba Romero, un ilustre murciano, un gran hombre y mejor persona, que dedicó gran parte de su vida al deporte murciano y en concreto a la natación.

Nos dejó el pasado 25-01-2021, víctima del maldito COVID-19.

Si bien es cierto que ya era mayor y estaba delicado, también es cierto que la última vez que hablé con él por navidad, lo encontré bastante bien y muy animado. Incluso estuvimos haciendo planes de la próxima cena de nadadores que íbamos a organizar, cuando esto del COVID terminara.

Mi relación con Enrique surgió hace ya muchos años, a través de su gran pasión: EL DEPORTE y en especial LA NATACIÓN.

Corría el año 1968, cuando tuve la suerte de que, como a otros muchos jóvenes a lo largo de su vida, fuera él, el que me enseñara a nadar. Posteriormente, como entrenador del Murcia Club de Tenis natación, compartimos muchas horas de piscina, entrenamientos y competiciones representando al club, hasta que llegó el momento de retirarme de la natación activa.

Aquel verano de 1968, cuando mi padre me apuntó a clases de natación, en la ya desaparecida piscina de San Fernando, yo no podía imaginar que aquel tipo tan extraño, con bañador Meyba años 60 y gorro de tela, que impartía las clases, iba a ser alguien tan importante en el transcurso de mi vida.

Pues si bien es cierto que era el mejor enseñando a nadar, también es cierto que nos enseñó otras muchas cosas, a todos los que de una u otra manera, seguimos bajo su disciplina durante muchos años.

Nos enseñó sobre todo principios y valores que después, a lo largo de nuestras vidas, nos ayudaron a ser mejores personas.

No es necesario hacer una larga lista de buenos adjetivos calificativos, para definir a nuestro querido Enrique, todos los que le conocieron sabían de sus virtudes y buen hacer.

Por decir alguna, diré que fue una de las personas más honestas y desinteresadas que he conocido a lo largo de mi vida.

Dedicó gran parte de su vida a su gran pasión: LA NATACIÓN, siempre de una forma generosa y desinteresada, y siempre dio mucho más que recibió.

Obtuvo grandes éxitos como entrenador para el MCT natación y bajo su tutela se formaron grandes nadadores, algunos de ellos entre los mejores de España.

En lo personal, era alguien sencillo y cercano, sin ningún afán de ostentación y protagonismo, y muy muy inteligente…, UN GRAN HOMBRE.

Para terminar, quiero decir unas palabras que siempre que nos veíamos me repetía: “Mi mayor satisfacción en la natación, ha sido haber creado este gran grupo de chavales, y ver que, después de tantos años, seguís todos juntos y tan unidos.”

El mundo del deporte murciano en general, y de la natación en particular, está de luto.

Descansa en paz querido Enrique. Nunca te olvidaremos, y estoy seguro que allí donde marches, seguirás enseñando a niños a nadar, y les inculcarás los mismos valores y principios que nos enseñaste a nosotros.

SEGUIRÁS HACIENDO EQUIPO.

 

Antonio J. Gómez Alarcón, socio nº 00408