Miguel Ángel Zubiarraín es uno de los periodistas y fotógrafos más reputados de nuestro país. Cámara en mano, ha cubierto todos los Grand Slam disputados desde 1982 se dice pronto. Apasionado del tenis, ha vivido en primera línea los grandes triunfos de Rafa Nadal o las victorias españolas de Copa Davis. En definitiva, un protagonista de excepción con el que hemos tenido la oportunidad de repasar la actualidad del tenis y echar la vista atrás para rememorar tiempos pasados.
¿Cuántos años lleva viendo tenis como fotógrafo y periodista?
42 años. Empecé en 1978 y aquí seguimos. Como todo el mundo, empecé con torneos locales, pero el primero gran torneo que cubrí fue la Copa Federación que se disputó en España en 1979. Ahí estaban Chris Evert, con Estados Unidos, o Carmen Perea, con España, entre otras.
Después, en 1980, fui a mi primer Wimbledon. Ganó Björn Borg a McEnroe en la final. Fue el quinto título consecutivo para el sueco en Londres y el último para él allí. Y, a partir de 1982, empecé a cubrir todos los Grand Slams. Todos. Llevaba 155 consecutivos sin fallar ni uno. Hasta este año.
¿Cómo has llevado el confinamiento y, por consecuencia, este parón en el tenis mundial?
Al principio pensé que iba a ser más duro, pero nos hemos liado la manta a la cabeza en la revista Grand Slam (publicación que dirige desde 1991). Hemos renovado mucha información y hemos publicado tres números más. Se puede decir que hemos estado entretenidos.
¿Y es de los que ha aprovechado para ver partidos de hace años?
La verdad es que no. No soy mucho de repeticiones. Me entretengo más mirando fotos antiguas que viendo partidos.
¿Qué opinión tienes del regreso de la ATP?
Todavía estamos un poco indecisos. No hemos terminado de salir de esta pandemia y ya estamos pensando en el regreso del tenis. Me parece un poco precipitado todo. A mí, particularmente, todavía me da miedo salir a la calle porque hay muchos que no cumplen sus obligaciones.
Pero parece que la ATP lo tiene claro. ¿Crees que el regreso puede perjudicar a jugadores más veteranos como Nadal o Djokovic y beneficiar a los más jóvenes como Zverev o Thiem?
No lo sé. Vamos a ver primero que hace el US Open porque igual no dan puntos. Eso puede cambiarlo todo, porque quizá haya algunos que decidan no ir o se den de baja. Luego, parece ser, que a partir de Madrid se podría jugar con algunos espectadores en las gradas y a mitad de septiembre estemos un poco mejor, y haya un 30-50% del aforo disponible.
Antes de Madrid se jugará Roland Garros, que también tiene la intención de meter espectadores, y ese será ya un Grand Slam digamos un poco más ‘serio’. Parece claro que todo el circuito europeo previsto se va a jugar, y es probable que Roma busque alguna fecha para cuadrar su torneo. Después, lo normal es que se juegue también la Copa Davis. Pero veremos…
Hacerte elegir entre Federer y Nadal, ¿es un problema o lo tienes claro?
A ver, en estos momentos hay tres ‘monstruos’ y, para mí, el mejor es el que gana. Luego, podemos entrar en matices. El que juega más bonito es, sin duda, Roger Federer. El más elástico, Novak Djokovic. Pero para mí el mejor es Rafa Nadal. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla. El circuito está montado de la siguiente manera: un 75% de los torneos se juega en pista rápida y el resto en tierra batida. Si el circuito, en este aspecto, fuera un 50-50, Nadal tendría como mínimo otros 10 Grand Slams y otra docena de Masters 1000. Las circunstancias hubieran sido diferentes, porque las rodillas de Nadal no se hubieran resentido tanto. Eso sí, yo me declaro ‘federista’. A Federer solo lo he visto sudar una vez en mi vida. Fue en unas semifinales de Roma, ante Nadal.
¿Y crees que la era Federer-Nadal-Djokovic es la más destacada de la historia por encontrarnos ante estos tres ‘monstruos’, como usted dice, de semejante calibre?
Puede ser, pero es difícil pronunciarse al respecto. El circuito siempre ha tenido, aunque con altibajos, grandes tenistas pugnando por el número uno: Connor, McEnroe, Borj, Lendl, Rod Laver, el mismo Manolo Santana. Para mí, si me preguntas por el mejor de la historia, te diría Rod Laver. Es el único que ganó dos los cuatro títulos de Grand Slam completos en dos años consecutivos, cosa que no ha hecho nadie desde entonces. Y, además, era muy bueno y jugaba en todas las superficies; tenía un talento excepcional.
Respecto a la era actual, pues está claro que es una de las mejores de la historia y, probablemente, tres de ese nivel de juego quizá no hayan coincidido nunca anteriormente. Y ojo que Murray podía haber estado con ellos perfectamente, pero le lastraron las lesiones demasiado.
El último talento que salió de Murcia fue Nico Almagro, que empezó su carrera y su formación en nuestro club y que el año pasado se retiró aquí mismo, en el I Murcia ATP Challenger. Con 13 títulos ATP y el 11º puesto ATP como mejor clasificación, ha sido el mejor jugador murciano hasta la fecha.
Sí, Nico tenía un talentazo enorme. Le pegaba a la bola tremendamente duro. En su última etapa tuvo demasiadas lesiones y eso le acabó lastrando, porque te cuesta recuperarte. Si a eso le añadimos su carácter especial, todavía te cuesta volver a la cruda realidad aún más. Tenía mucho talento, como digo, pero quizás le faltó un poco más de talante. Aun así, honestamente, creo que debió se un Top 10.
Has visto miles de partidos a lo largo de tu carrera, ¿podrías quedarte con uno?
Uf, eso es casi imposible. Como dices, he visto muchos partidos, y muchos muy buenos. Finales épicas entre Nadal, Federer y Djokovic, e incluso semifinales entre ellos. En estos casos, siempre respondo lo mismo.
Como me cuesta decir el mejor partido que he visto, siempre digo que prefiero elegir el más emocionante, y ese lo tengo claro. Fue la final de Roland Garros de 1989 entre Steffi Graff y Arantxa Sánchez Vicario. Arantxa tenía 17 años. Steffi venía de ganar el año pasado en París por un doble 6-0 a Natalia Zvereva. Y recuerdo antes del partido comentar con algún compañero, ‘¿conseguirá hacerle Arantxa algún juego? Esperemos que sí’. Bueno, no solo eso. Le ganó el primer set, perdió el segundo y ganó el tercero. Arantxa ganó un partido histórico para el tenis español. Fue el primer triunfo español en un Grand Slam que viví como periodista y una barrera que derribó el deporte español, contra la indiscutible número uno del mundo. Esa victoria nos hizo entender que aquí, en España, estaba empezando a pasar algo. Fue muy emocionante.
Luego, aunque Nadal nos ha dejado grandes triunfos, muchas de sus derrotas también se fraguaron después de partidos tremendos, como las cuatro finales que perdió en Australia (dos ante Djokovic y dos ante Federer), o las últimas finales también del US Open.
¿Has visitado alguna vez nuestro club? ¿Qué recuerdos tienes de él?
Sí, he estado varias veces, con motivo de las eliminatorias de España en Copa Davis. Recuerdo especialmente la primera. Fue en una eliminatoria contra en Brasil, en 1988. Estaba jugando Emilio Sánchez Vicario ante Luiz Mattar y, en mitad del partido, nos quedamos sin luz, por lo que se reanudó al día siguiente. Recuerdo que el club era grande, que estaba muy bien acondicionado y que se encontraba en pleno centro de la ciudad.