- La jugadora destaca los cambios que han experimentado nuestras instalaciones en los últimos años, consiguiendo “ser un club de primera división”
En 1990, Teresa Andújar descubrió el mundo del tenis. “En aquel año, conocí a mi marido. Yo jugaba a las palas en la playa, pero él sí que era tenista, y me enseñó”. Desde entonces, nada le ha separado de este deporte, ni del Real Murcia Club de Tenis 1919. “Para mí, el club es mi escapatoria para todo”, asegura la jugadora, quien se ha proclamado campeona del Pajarón en distintas ediciones. La última fue en 2018, torneo en el que se alzó con la copa en la categoría femenina individual. En 2017, fue subcampeona.
Junto a su marido, Gonzalo del Fraile, también ha participado en numerosas ocasiones en este popular campeonato. Ambos han subido al pódium en 2013 y 2015, como vencedores en la categoría mixta, y en 2014, como subcampeones.
-Este año no ha salido la categoría femenina…
-Yo me apunté, pero era la única. Me da rabia, porque el Pajarón no es un torneo para ganar ni para competir, es para disfrutar de un ambiente relajado y maravilloso, y pasar un buen rato. Los socios estábamos deseando que volviera el Pajarón, porque el último fue en 2019.
-¿Como animarías a tus compañeras para que se apunten el año que viene?
-Lo intento diciéndoles que no es competir, sino divertirse y disfrutar de todo lo que engloba al torneo, como la barra del club. Este año, aunque no haya jugado, desde el primer día he ido a ver los partidos, porque además mi hijo ha participado en ‘El Pajarico’. He querido estar de espectadora, disfrutando del ambiente y riéndome. No he faltado ni una tarde.
-Tras varios años jugando al Pajarón… Habrá visto cómo han cambiado las instalaciones del club.
-Sí. He notado una subida de nivel y categoría: estamos en la primera división de los clubes. Es una maravilla, por ejemplo, cómo han dejado la piscina, el gimnasio… Tengo amigas que a veces vienen al RMCT para jugar alguna competición por equipos y cuando van a los vestuarios y a la cafetería se quedan diciendo: ¡vaya oasis aquí en plena Murcia! La evolución del club se nota en todo, desde la puerta de la entrada hasta las pistas, que solo hay que ver cómo las cuidan. La ludoteca también me parece un gran avance. A mis hijos, los he llevado desde pequeños, y ellos han correteado por todas partes.
-¿Qué es para ti el RMCT?
-Es mi escapatoria para todo. Cuando no tengo partidos, voy allí porque para mí es como un refugio en todos los niveles, incluso climático, podría decir. Con este calor, en el club se está fresco gracias a la pérgola. Es la relajación total.
-¿Un recuerdo emotivo del Pajarón?
-Me acuerdo de los torneos mixtos. Siempre eran partidos muy intensos y emocionantes. Cuando ganamos el Pajarón en esta categoría por última vez, no me lo creía porque la otra pareja era muy fuerte, formada por David Martínez y Natalia Gómez. Estaba todo el mundo mirándonos, cuando yo cogí, di un bote y abracé a mi marido. Después, una chica se acercó para decirme lo bonito que había sido ese momento de alegría y que ojalá ella también pudiera vivirlo.